jueves, 5 de mayo de 2011

Hope: Entrenamiento


Me desperté cuando el sol dio en el vidrio de la ventana. Quería seguir durmiendo me sentía cansada, los ocho días que había estado en el Lado Oscuro se notaban ahora en mi cuerpo. Parecía como si me hubieran golpeado, no sabía si era un cansancio físico, o mental, probablemente una mezcla de ambas.
En la mesa de luz había una bandeja con el desayuno, no era nada que hubiera visto antes, pero olía bien. Salí de la habitación con la bata y me senté en el comedor.

-Prima, tu invitado me ganó de mano y preparó el desayuno.
-Hola Alex, eso parece…
Lo probé, no estaba nada mal, me iba a servir para recuperarme del cansancio que tenía a pesar de que recién me había levantado.
Ariella estaba terminando su desayuno, y no dijo palabra, supuse que aún me tenía miedo, esperaba que se le pasara pronto. Por la ventana veía como Todrik intentaba arrojar sin demasiado éxito el disco sin usar la Fuerza.
-¿Dormiste bien?- le pregunté a Ariella.
-Sí, es muy tranquilo este lugar, gracias señora- dijo respetuosa.
Ese “señora” me hizo sentir vieja, y además me miraba con cara de desconfianza. Supuse que estaba incómoda por el hecho de que yo era jedi.
-Sentite como en tu casa. Cualquier cosa que necesites no dudes en pedirlo a Alex o a mí.
Ella asintió con la cabeza.
Terminé el desayuno y volví a mi cuarto para ducharme y vestirme. Busqué ropa cómoda, de esa que usaba siempre para estar en casa, un jogging, una remera, nada muy rebuscado. Después me fui afuera, a ver como entrenaba Todrik. Seguía ahí, no se había movido.
-Buenos Días.
Seguí con la vista el disco, se notaba que sin estar encendido necesitaba mucho más envión al arrojarlo.
-¿Que tal la reunión con el Lado Burócrata de la Fuerza?
-Mejor de lo que esperaba, aunque seguramente pasen unas dos semanas hasta que tomen una decisión. Con mucha suerte.
-Oí que después de las masacres, lo que quedaron no son tan malos.
-No es que sean malos...- el comentario no me hizo mucha gracia, yo había perdido a muchos seres queridos en la guerra. No lo había dicho con intención, pero me molestó por un segundo- por cierto, no dije que estabas acá.
-Saben que estoy en el planeta, supongo que habrán usado sus poderes para saber dónde.
Dejó de arrojar el disco cuando volvió a su mano, se acercó un poco y se sentó en el pasto.
-¿Solías vivir aquí?
-Sí, esta era mi casa en mejores épocas.
En ese momento me di cuenta de que estaba llamando a las guerras mandalorianas y a la Guerra Civil Jedi "Mejores Épocas".
Encendí el sable y me puse a practicar como solía hacerlo por las mañanas. Recordé esas mejores épocas cuando practicaba con papá en ese mismo jardín.
-Estas épocas no son tan malas, ¿que las hace malas para ti?
-No es que sean malas, son nostálgicas.
-¿Algo que recordar, entonces?
Noté que en ese momento miró la hora, seguramente estaba contando las horas y los minutos que faltaban para que pudiera usar la Fuerza otra vez. Su humor había ido empeorando a medida que pasaba el tiempo, aunque no se había quejado ni una vez.
No le respondí rápido a propósito. Él me miraba esperando la respuesta.
-Muchas cosas... te está costando el entrenamiento parece.
Y me reí.
Cerró los ojos y se rió, estaba tirado en el pasto, con el disco al lado.
-Digamos que no es lo más divertido que hice en mi vida. O sea no me importa sudar o estar 4 días sin dormir, pero taparme los oídos así es algo a lo que no estoy acostumbrado...
-Bueno pensá que ya queda menos- y me volví a reír.
Él se rió también y se tiró boca arriba en el pasto mirando el cielo.
-Tienen un lindo planeta. Entrene con un Jedi una vez, pero no fue tan cruel…
-No es lo mismo aprender a usar un sable que las artes de sentir en la Fuerza
-Hey, ¿cómo sabes que fue eso lo que fui a entrenar?
-No es muy difícil, está claro, tenés un sable de luz, y evidentemente entrenaste con un jedi para eso.
-Algunos de los míos saben usarlo, pero mi maestro quiso que tenga "entrenamiento Jedi genuino"
-Y siendo vos supongo que ni se molestó en entrenarte a sentir la Fuerza.
-Entiendo- volví a las formas con el sable.
-Algo me entrenó, pero he notado que tengo un problema ahí ¿Saben "ellos" que Ariella está acá?
-Yo no se los dije, y no pienso hacerlo.
-Dejame adivinar, la quieren cuidar.
-Adivinaste
-Pucha, esperaba que ya fuera "muy vieja"
-Les dije q si habías matado un sith eras perfectamente capaz de cuidarla, creo que estuvieron de acuerdo.
-Gracias por el cumplido. Por cierto, ¿algo que deba saber en particular, para golpear a esos tipos? No tuve gran experiencia con ellos, era bastante joven durante la Purga Jedi, donde también nos persiguieron a nosotros.
-Seguramente van a intentar que dejes a Ariella en la academia... te van a intentar convencer de que es lo mejor…
-Sí, lo intentarán, pero ella me paga para que la cuide de ellos.
Estaba segura de que si no le pagara lo haría de todas formas, me parecía que solo cobraba para no admitir que la quería.
-Supongo q lo harías gratis de todas maneras.
Me miró raro.
-Quizá, si ella no pudiera pagar... nosotros creemos que debemos ayudar al que lo necesita. Pero en ese caso, debería entrenarla, enseñarle a sobrevivir sola cuando yo no esté.
-Nosotros no tenemos un consejo ni una orden. Muchos de nosotros ni siquiera se llaman a sí mismos Zeison Sha.
-Entiendo, quizás no vendría mal que la entrenes un poco, solo para su defensa.
-Ella no quiere aprender, dice que la Fuerza no es para andar manipulándola, me sorprende alguien de su edad con ideas tan sofisticadas.
-Entonces espero q siempre tenga dinero para contratar un guardaespaldas. O que alguien pueda persuadirla de cambiar de opinión.
Se quedó pensativo cuando dije eso, pero mientras me seguía mirando.
-No seré yo, y no dejaré que nadie lo haga, mientras sea su guardaespaldas al menos, como sea, odia las armas.
-Está bien, no hay que obligarla si no quiere. La fuerza no implica solo manejar armas.
-Que malos ejemplos somos de eso... Casi no hay tradiciones de la Fuerza que no usen armas...
La mayoría de las que había se unieron a los Jedi para no ser pasto de los Sith. Es una maldita guerra de la que no se puede salir sin pelear y convertirse uno mismo en soldado. Mi maestro odiaba el combate. Cuando estalló la Guerra Civil Jedi y los Sith se pusieron a cazar a cualquier Force User, el escapó a las Regiones Desconocidas.
-Bueno, algunos eligen eso, otros eligen morir- y miré mi casa vacía.
-¿Perdiste mucha gente en la guerra? Lamento haber hablado de "masacre" de manera liviana antes. Gracias por no enojarte.
-Quedamos solo cuatro, mis tíos, los padres de Alex, él y yo. Ya lo asumí, no voy a enojarme por eso.
-Debe haber sido muy duro ¿y además de tu familia? ¿había algo más?
-Dicen que los Jedis no tienen parejas, pero no todos se manejan así...
-Sí, tuve pareja, también murió.
Cuando dije eso miró para abajo y no dijo más nada. Pero no pasó mucho hasta que habló de nuevo.
-Entonces conociste el amor, muchos Jedi murieron sin saber lo que es. Y todos los Sith.
-Sí, pero supongo que no soy el común de los jedi.
-¿Y qué hay de vos? ¿Los Zeison Sha que opinan al respecto?
Se rió.
-No nos gusta prohibir cosas a nadie. No tenemos en absoluto ningún problema, de hecho ni se nos ocurriría tenerlo. En cuanto a mí, hubo alguna cosa, pero jamás funciono, es complicado adaptarse a mi estilo de vida. Especialmente en medio de una guerra donde yo era un blanco elegible por uno de los bandos y el otro me vivía acosando con "¿por qué no te nos unes?". Es complicado encontrar a alguien en una situación así, y que dure.
-Sí, quizás tenés razon, aunque yo no lo veo así…
-Tranquilamente puede ser lo contrario, podes aferrarte a lo que si tenés y que eso te de fuerza, lo entiendo... no me paso... las personas con las que compartí algo tuvieron miedo de lo que pasaría, o yo de no poder protegerlas de lo que vendría de estar conmigo…
-A veces no podes proteger al otro aunque quieras, el amor no es total dependencia.
-Yo pienso lo mismo... quizá el problema es que nunca estuve cerca de alguien que no fuera dependiente...
-Supongo que es lo lógico teniendo en cuenta el trabajo que haces.
Me pregunté qué hacía hablando de esas cosas con él, era mejor cambiar de tema. Apagué el sable y le dije:
-¿Podrías enseñarme a usar el disco no?
-¿Eh? creí que era tu turno de dar clases... así no te puedo enseñar nada.
-Recién estabas practicando sin usar la Fuerza.
-A duras penas, muy duras… y muy penas
Me reí.
-Bueno, supongo entonces que habrá que esperar, no quiero que rompas ningún vidrio. Nos quedan dos opciones: o seguimos ordenando cosa que me vendría bien porque necesito algunos materiales... o te doy una clase teórica.
-Eso me gustaría más. Después podemos ordenar mejor, cuando yo pueda usar telekinesis, y más rápido- sonrió.
Me agarré la frente, no tenía remedio. Me senté en el pasto no muy lejos de él, pero tampoco tan cerca.
-Por cierto, si te pedí que me enseñes sentir, ¿por qué me prohibiste usar toda la Fuerza, incluso Sentir?
-Porque mi teoría es que justamente por usar la fuerza para cualquier pavada te cuesta sentir las cosas.
-Puede ser…- respondió pensativo.
-Usas la fuerza para alterar y controlar todo, pero no podes ver un sith cuando lo tenés enfrente ¿sentiste el lado oscuro del sith?
La pregunta era para saber a qué nivel estaba.
-Sí, eso sí, pero solo después de que sabía que estaba ahí.
-Entiendo... bueno miralo de esta forma, sentir en la Fuerza es como tener un sentido más, un sentido que está más allá de los otros. Supongo que conoces a los Miraluka…
-Sí, los conozco. Bastante.
-Ellos no ven con los ojos pero 'ven' a través de la Fuerza
Asintió, parecía que tenía ganas de probar, pero se controló.
-Digamos que eso hice yo al pedirte que no uses la fuerza, apagarte los otros sentidos.
Me paré y le mostré que se podía caminar con los ojos cerrados. Volví a sentarme donde estaba, sin abrir los ojos.
-La Fuerza está en todos lados, por eso es fácil, todo se puede 'ver' en la Fuerza. Naves, sistemas informáticos, animales, siths…
-Pero apagar la fuerza es diferente, es como sacarse todos los sentidos a la vez.
Noté otra vez que se moría por probar lo que yo estaba diciendo.
-No son todos los sentidos, solo lo que implica usar la Fuerza. Tus sentidos existen aunque no los uses.
Tenía que probar algo, levanté una pequeña rama con telekinesis y se la tiré en la cabeza. Me estaba divirtiendo bastante.
Él reaccionó y la esquivó. Había usado la Fuerza pero no fue intencional.
-EEEY

-Mi teoría era correcta no se puede apagar del todo.
Me morí de la risa.
-Eso no fue gracioso, que seas tan linda también tiene un límite a lo que te puedas abusar- refunfuñó y me causó más gracia por lo que me seguí riendo un rato más.
-No me estoy abusando, recién usaste la Fuerza, no lo hiciste intencionalmente, pero reaccionó ante el peligro. Bien... ya no tiene sentido el ejercicio anterior, te voy a dejar usar la Fuerza, pero NO para cualquier cosa. Solo podes sentir, nada más, nada de leer mentes, freír cerebros, ni mover cosas, solo podes Sentir.
Agarré un pañuelo y le vendé los ojos.
-¿La famosa piedad Jedi?- me dijo mientras se dejaba enmascarar.
-No es piedad, se llama aprendizaje.
Ahora me sentía observada en la Fuerza, lo que era peor que antes y me ponía más nerviosa.
-Que bien que se siente, ojalá todos pudieran aprender.
Su sentido estaba desbalanceado, y tampoco era muy amplio. Me puse fuera de su radar, me tuve que alejar bastante, no era tan malo después de todo, solo le faltaba enfocar más el poder.
-No te muevas de ahí y buscame.
Al principio estaba algo perdido, hasta que lo que hizo fue expandir su sentido y ganar rango perdiendo definición. No tardó mucho en encontrarme.
-Bueno, ya es suficiente de buscarme a mí…- me ponía nerviosa que me mirara de esa forma- hay un hangar cerca de mi casa, trata de encontrarlo, no es lejos.
-No es el mismo incentivo.
Se puso serio, parecía que ahora sí no tenía idea de cómo encontrar el lugar.
-Trata de sentir tu entorno, primero lo cercano, y después más lejos.
Lo primero que hizo fue agacharse, se sacó los guantes y tocó el pasto. Después tocó la tierra, caminó hacia la parte embaldosada y se agachó de nuevo para tocar el piso. Después se acercó a la pared y la tocó. Por último fue hacia los árboles y tocó la corteza.
Empezó a caminar hacia una parte despejada sintiendo el aire.
-¿No me das una pista? ¿De que está hecho el hangar? No me vas a decir, ¿no? ok, mejor así.
Caminó un poco más, pensó, iba a señalar un lugar pero se arrepintió, pensó de nuevo y señaló:
-Allá, justito.
-En 20 minutos te va a matar el sith.
Me reí y él también se rió.
-Bueno, no se puede todo
-Bastante bien para empezar, no te desanimes.
Se sentó en el piso y dijo:
-De esta manera uno ve las cosas como son, y no trata de acomodarlas a su gusto. Me gusta tu ejercicio. No es lo único…
-Igual hiciste trampa, tendrías que haberlo hecho sin tocar nada, solo sintiendo la Fuerza.
Obvié por completo el otro comentario.
-No se me ocurrió otra cosa, pero estaba usando la Fuerza... solo que se me ocurrió ver que vibración tenían... después busque algo que vibrara a hueco contenido...
Su forma de verlo era bastante mundana, supuse que eso no lo iba a poder cambiar pero mientras le sirviera para detectar a los siths no importaba.
Le dije que buscara otras cosas, pero sin tocar nada esta vez. A medida que iba practicando encontraba las cosas más rápido.
-Podrías ayudarme a buscar unos cristales ya que estás. Necesito dos.
-¿Cristales para sable de luz? ¿En ese quilombo? Uy, perdón.
-Sí, en ese desorden. Es parte de tu entrenamiento.
-Muy bien
Otra vez parecía bastante perdido, pero no se quejó.
-¿Qué cristales eran?
-Tomate tu tiempo, si encontrás todos te enseño como se usa sentir la Fuerza en combate.
Sentí otra vez el radar sobre mí pero fue solo un segundo, después se fue hacia la puerta de casa.
Tardó quince minutos en encontrar el primero.
-¿No puedo usar telekinesis no?
-No
-Esta abajo de ese motor hiperespacial roto
Levanté el motor con telekinesis y esperé que lo agarrara. Yo ya lo había visto pero no se lo dije. Bajé el motor.
Cuando terminó el ejercicio me dijo:
-Bueno, maestra, ¿pase mi lección? ¿Puedo abrir los ojos?
-No. Salvo que quieras dar por terminado el entrenamiento.
-No quiero dar nada por terminado. Ni siquiera pasaron mis 24 horas sin Alterar la Fuerza.
-Bueno, entonces no te podés sacar la venda.
-Pero sos la instructora, podes darme un descanso cuando quieras.
-Descansá todo lo que quieras, pero sin sacarte la venda.
-Está bien... Mientras tanto te cuento...
-El disco se arma con chatarra. Tú debes encontrar los componentes y darle la forma que quieras, no hay dos discos iguales, ni siquiera funcionan igual algunos, se le hacen pequeñas modificaciones al sistema, o sea se arma lo mismo pero de otra manera...
-Supongo que en mi cuarto tengo chatarra que podría usar...
Mi cuarto era un caos de herramientas y piezas de cualquier cosa, naves, droides, máquinas. Lo único que estaba libre era la cama.
-Por como vi tu casa, estoy seguro que comprendes la idea...
-Entiendo perfectamente.
Me puse a buscar por ahí cerca partes que pudieran servir.
-No es cualquier chatarra, debe tener algún significado para ti. Aunque se lo des en el momento.
-Todo en estas cajas tiene significado para mí, no será difícil. Por cierto, noté que tu sable no tiene botón- dije mientras miraba un pedazo de droide que había encontrado en una caja.
-No, se enciende con telekinesis, igual que el disco, de ese modo, solo lo puedo usar yo.
-Eso me pareció bastante útil, creo que lo voy a aplicar en mi nuevo sable.
-¿Te vas a hacer otro sable?
-Sí, voy a hacer otro, pero el mío se va a prender con tecnosincronización.
Supongo que me preguntó porque era raro que un jedi cambiara su sable, salvo que tuviera algo que dejar atrás…
Seguí buscando entre las cajas, siempre había sido así, no podía quedarme quieta durante mucho tiempo. Siempre estaba haciendo algo.
Todrik me miraba en la Fuerza y eso no me preocupaba, pero me ponía bastante nerviosa.
-Así que sos una sincronizadora... que útil eso.
-Bastante... es mi poder favorito.
-Es una habilidad muy poco común.
-No es una habilidad que pueda usar cualquiera. No se puede enseñar, supongo que viene en la sangre.
-Ya veo...
-Igual si se pudiera, sería otro precio
-¿Qué me cobrarías?
Me había metido en terreno escabroso yo sola.
-Voy a ser sincero con vos, nosotros sabemos aprender por imitación, así que si te la veo hacer, es probable que la aprenda. Así que, decí tu precio
Maldición, me había metido en ese dilema yo sola. Se paró del sillón donde estaba sentado, yo solo atiné a decir:
-No lo sé, tendría que pensarlo bien.
Contesté lo primero que se me vino a la mente. Seguí revisando las cajas pero los nervios no me dejaban concentrarme en lo que estaba buscando.
Además me sentía muy observada desde la Fuerza lo que no ayudaba mucho. Lo bueno era que no estaba tratando de leerme la mente.
No se siguió acercando y cambió de tema, supuse que para darme algo de espacio que por cierto lo estaba necesitando.
-¿Te gusta la música?
-¿Hay alguien que no le guste?
Pensándolo bien ahora no me acordaba cuando había sido la última vez que había escuchado música.
-Preguntaba por algo en particular.
-Supongo que soy muy clásica para la música.
Recordé que en otras épocas había tenido mi datapad lleno de música clásica.
Se volvió a sentar y sacó un artefacto de su traje. Era pequeño y parecía un trompo. Lo hizo girar y cuando tocó el piso hizo un ruido gracioso, pero al rato ese ruido se convirtió en una melodía. Yo conocía, era muy famosa y una de mis favoritas. El sonido parecía como si viniera de una cajita de música pero era el aparatito con forma de trompo que vibraba contra el piso. No hablé hasta que no terminó.
-Quinta sinfonía en do mayor para piano.
-Sí, uno de mis favoritos.
-Es raro ese reproductor de música
Nunca había visto nada igual, parecía un juguete.
-No la reproduce, la toca. Es un pequeño droide que no usa electrónica, pura relojería, pero si oye una vez una canción, puede tocarla, en donde sea.
-Pensé que ya no existían esas cosas
-¿En que planeta?- sonrió.
-¿Lo puedo ver?
Era más fuerte que yo, tenía que saber como funcionaba.
-Miralo
Era como una mezcla de computadora a válvulas y reloj, pero con componentes diminutos. La única parte "electrónica" era una especie de memoria, y no parecía electrónica, parecía más Tecnoforce, como los holocrones ¿quién lo usaría en algo tan chiquito?
Lo dejé en el piso esperando que arranca otra vez.
-Tenes que decirle que querés que toque.
-¿Cómo?
-Habla, como se habla con los droides.
Eso era fácil
-Sonata número cinco en LA menor.
El pequeño droide empezó a rebotar de nuevo y a largar sonidos sin sentido hasta que empezó a ejecutar la melodía que le pedí. Me quedé agachada al lado como una nena chiquita viendo su juguete favorito.
Sentí que me acariciaban el pelo…
-Perdón
Se paró del sillón y caminó hacia donde estaba, volví a ponerme nerviosa como antes.
-Hope.....
Se paró delante mío también en cuclillas, como si estuviera mirando al robot, pero yo sabía que no lo estaba haciendo. Tenía los ojos tapados y yo sentía que me estaba mirando a mí en la Fuerza.
Hubo un silencio incómodo, no sabía que decir, estaba totalmente paralizada.
-¿Cual es el precio de un pedacito del corazón de un Jedi?
Me acarició la cara y yo estaba demasiado paralizada como para impedirlo, y después me dio un beso suave y delicado. Y yo le correspondí el beso.
Casualmente cuando terminó la melodía sonó una alarma como de despertador.
Todrik susurró:
-Mis 24 horas.
Me empecé a reír y él se rió conmigo. Me abrazó fuerte contra su pecho.
-¿Siempre hacés esto con tus maestras?
-Nunca tuve maestras mujeres, así que a lo mejor sí ¿Y tú, es una reacción normal en tus alumnos?
-No tengo alumnos, a veces enseño algunas cosas pero no soy maestra.
Él volvió a besarme.
-Bueno, podés estar contento, soportaste 24 horas sin usar la Fuerza. Al menos no como solés usarla.
-Aha... Me enseñaste muchas cosas hoy... quizá más de las que crees.
-Quizás si soy buena maestra…
-Excelente, y sabe la Fuerza que soy un alumno difícil...
-Pero todavía no te podés sacar la venda- sonreí.
Se empezó a reír.
-Como diga Maestra.

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