jueves, 23 de junio de 2011

Hope: Lado Luminoso


Tenía que tranquilizarme, esto no iba a llevarme a nada. Me senté en posición de loto y traté de concentrarme... me llevó bastante tiempo pero por fin lo logré.
Quería volver a ser la Hope de antes, la Hope que era antes de conocer a Liz, la Hope sin sentimientos, que tenía como objetivo asesinar siths...
Quizás nunca cambié tanto, quizás sigo siendo la misma. Solo tengo que suprimir lo que me molesta ¿qué es lo que me molesta? ¿Todrik? ¿Ariella? ¿La Orden? ¿Mis amigos? ¿Mis visiones?
El apego molesta, los sentimientos molestan, quiero poder mantenerlos alejados... Pero hice muchas más cosas desde que me abrí a los sentimientos que antes cuando solo obedecía órdenes... quizás no es eso lo que me molesta...
Todrik solo fue una consecuencia de mi estado de ánimo, no la causa. Abrirme a los sentimientos fue mi decisión después de un año de estar a la deriva, después de varios de hacer lo que Clint me decía... Era más fácil obedecer, a la Orden, a Clint, aunque no fueran órdenes sino "sugerencias". Las cosas están mucho mejor desde que yo soy la que está a cargo, hice más en estos dos últimos meses que en los últimos dos años... y lo hice por mí misma. Pero da miedo, da miedo tener responsabilidad. No soporto la posibilidad de fallar y eso me lleva a lo que en realidad me molesta. EL MIEDO. Odio tener miedo, y sé que ambas cosas llevan al Lado Oscuro.
Puedo ver ahora el camino que recorrí, cuando caí al Lado Oscuro y ahora cuando casi caigo de nuevo. Ahora que estaba meditando podía ver que no me gustaba para nada la alteración que requería el Lado Oscuro. El Lado Luminoso es fluir tranquilo y estar alterada me vuelve débil... El Lado Oscuro me vuelve débil... Los siths perdieron todas las guerras en las que estuvieron, quizás no son tan fuertes como se autoproclaman.
Hay dos cosas que me están llevando al Lado Oscuro, una es el odio, que lo podía manejar hasta ahora... la otra es el miedo y es lo que me puso así, lo que casi hace que vuelva al camino que no quiero seguir. Y cuando una variable molesta, se la elimina.
¿Pero cómo hago para no tener miedo? Podría hacerlo con la Fuerza... Sé que hay una técnica para eliminar el miedo, los guerreros la usan, no es una técnica difícil, pero voy a necesitar que alguien me la enseñe.
Saqué el holocrón que una vez más se encendió solo.
-Hola maestra Vyslin. Esta vez necesito su ayuda, más que las otras veces.
-Dime que necesitas, Caballero Hope, estoy para servirte.
Claramente era mi hada madrina, me iba a costar devolverle el holocrón al maestro Yndreed.
-Necesito aprender a controlar mi miedo, para no convertirme de nuevo en esa persona fría que era antes.
Noté que giró un poco la cabeza, como si estuviera pensando.
-Eso es muy fácil Hope, es una técnica básica... ¿quieres aprenderla?
-Sí, por favor
-Por favor, no cortes tu meditación.
Yo estaba arriba de la cama sentada en posición de loto.
La obedecí, ella también se sentó en posición de loto y el holocrón comenzó a tocar una cación rara, pero me tranquilaba. Y ahora que la veía más de cerca podía ver mejor lo hermosa que era.
-Una vez que te centres, el resto es muy fácil.
Cerró los ojos y yo hice lo mismo. Era muy importante esa lección para mí.
-Cada sensación, cada emoción, cada sentimiento, cada pensamiento es una hebra particular del entretejido de cuerdas luminosas que nos compone a todos.
Estaba viendo a través de la Fuerza, todas las líneas de luz que unian todo. Las personas, que era masas de luz, estaban compuestas por muchas fibras pequeñas. Me puse a verlo en más detalle, podía identificar esas hebras en mí.
Miré a Vislyn en la Fuerza, era raro, no era una presencia normal, pero estaba ahí. No era una condensación de luz como un ser vivo, la red solo estaba más iluminada donde ella estaba.
-Una vez que identifiques el miedo, solo tienes que aprender a cortar esa cuerda, no la necesitas.
Lo detecté rápidamente, era una fina línea roja que pasaba por mi corazón y me rodeaba... ¿tanto había estado sufriendo por esa simple hebra roja?
Era muy fácil de distinguir porque las demás cuerdas eran de color blanco o celeste.
Corté la cuerda roja, eliminé la variable, y fue tan fácil...
Me sentí liberada, como si me hubiera sacado un gran peso de encima. Ya no era un factor a tener en cuenta.
-Gracias maestra, realmente me ayudó mucho.
-Para eso estoy, a veces no vemos que la solución a nuestros problemas es mas simple de lo que parece. Me paso muchas, muchas veces.
Me pareció notar tristeza en su voz, pero era un holograma, quizás me estaba volviendo loca.
-Estaba a punto de eliminar de mi vida los sentimientos, no sabía que hacer...
-Los sentimientos nos dan Fuerza y nos pueden guiar, es un error ignorarlos por tener miedo a perderlos. Piénsalo así, si antes de nacer, te hubiesen preguntado, y hubieras sabido que vivir incluía morir... ¿hubieras evitado nacer?
-No lo hubiera evitado, seguramente hubiera pensado que me iba a perder muchas cosas- sonreí.
Quizás sí estaba loca, le estaba contando eso a un holocrón.
-Llámame si me necesitas de nuevo, Caballero Hope- y me sonrió.
-Gracias maestra.
Salí de la meditación, habían pasado tres horas, quizás cuatro. Me sentía muy bien. Era tan fáci...
No estaba cansanda, me pregunté donde estaría Todrik, seguramente lo había espantado con todo eso. Pero cuando salí, ahí estaba en la puerta, esperando que yo saliera. Sentado en una silla reclinada con telekinesis.
-Pense que iba a tener que entrar a buscarte.
Me le tiré encima y lo besé. No me importaba nada, no tenía miedo ya. Nos estábamos besando a un metro del suelo, Todrik había tenido que maniobrar para que no nos cayéramos ambos. Me había hecho caso, me había dejado sola, pero no se había ido.
-Bueno, si cada vez que te encerrás a meditar a lo Jedi misteriosa salís así, compro eh
Me reí, no tener miedo era lo mejor que me había pasado en mucho tiempo. Y no tener miedo hizo volver a la Hope romántica. Creo que le sorprendió bastante, pero no pareció molestarle.
A pesar de lo que había pasado Todrik no me pidió ninguna explicación. Nada, solo se quedó conmigo, toda la noche.
-Perdón por haber tenido que soportar lo peor de mí.
-Cualquiera tiene un mal día, si eso es lo peor no tengo nada de que preocuparme.
No parecía haberle afectado en lo más mínimo. Me pregunté si él también sabía la misma técnica que yo había aprendido hoy.

Cuando me desperté eran las cinco de la mañana, Todrik dormía apaciblemente, él dormía siempre menos que yo, pero seguramente se había quedado organizando cosas para el recital de Ariella y después se había quedado dormido.
Me levanté despacio para no despertarlo y me dirigí a la cocina. Ariella estaba practicando.
-Buenos días
-Buenos días Hope
-¿Ya desayunaste?
Mientras le preguntaba eso me puse a buscar las cosas que necesitaba para preparar un desayuno típico de Dantooine. Eran desayunos que incluían de todo, huevos, tocino, pan... Lo que la gente necesitaba para tener energías y trabajar en el campo.
-No- se rió- estaba practicando.
-Ah bueno, entonces voy a preparar para todos.
-Gracias. Yo no lo preparo porque TOdrik siempre se levanta temprano.
-Sí, pero esta vez le gané- le sonreí.
Cuando estuvo listo primero le serví a Ariella.
-Espero que te guste.
-Gracias.
Después fui a ver si estaba despierto Alex. Se estaba despertando, recién abría los ojos.
-Buenos días.
-Buenos días Maestra
-¿Venís al comedor o preferís que te traiga el desayuno acá?
Me sonrió:
-No creo que suceda de nuevo así que lo tomo acá, prometo trabajar duro después.
Le sonreí y fui a buscarle el desayuno.
-No te acostumbres- le dije dejándole la bandeja.
-No Maestro
-¿Por qué me decís maestro? Me gustaba más cuando me decías tía, yo nunca dejé de decirle papá a mi padre cuando me empezó a entrenar...
Me miró pero no dijo nada.
-¿Te quedaste mudo porque te traje el desayuno? admito que no es normal, pero tampoco para es tanto.
-Está bien tía
-Ante todo somos familia, antes que maestro y alumno, pero no siginfica que por eso vaya a ser menos estricta. Comé bien, lo vas a necesitar.
La última bandeja tenía mi desayuno y el de Todrik. Fui hasta la habitación y esperé a que se despertara.
Antes de abrir los ojos ya estaba sonriendo después de haber olido el desayuno.
-Podría acostumbrarme a esto, sabés.
Me reí.
-No creo que pase muy seguido, así que yo te diría que lo disfrutes mientras puedas.

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