lunes, 9 de mayo de 2011

Hope: Todrik


Las siguientes horas las pasamos juntos, abrazados en el sofá del living entre las cajas que estaban apiladas por todos lados.
Yo tenía los cristales en la mano pensando cómo los iba a usar.
-Podría usar el Nextor para mi sable nuevo…
-Deberías usar el Damind, es mejor para sables de luz.
-¿Y dejar el Phond para el disco?
-¿Por qué no?
-Podría hacer un sable con dos cristales… el Nextor y el Damind.
-¿Y qué vas a hacer con el que está ahora en tu sable?
-Una especie de servidor portátil, va a almacenar mucha información…
En ese momento me di cuenta de que no había ido a la nave de la orden para bajar los datos del talismán sith, y quizás ya hubieran bajado la información al servidor de la orden. Había dejado los datos en una burbuja de tecno-sincronización, pero se iban a dar cuenta de que había más datos de los que se veían…
-¡MALDICION!- dije y me levanté de repente.
-Estoy de acuerdo- dijo Todrik y se rió.
-¡Me hiciste olvidar que tenía algo muy importante que hacer!
Enseguida me levanté y fui directo a mi nave. Él me siguió.
-Bueeeno, perdón ¿te puedo ayudar?
Eran las cuatro de la tarde, con suerte podía llegar a tiempo antes de que bajen la información, y si no iba a tener que hacer limpieza.
-No, salvo que quieras venir al espacio-puerto de la orden y explicarles por qué no fuiste ayer.
-De hecho, si tendría que ir... además es el único espacio-puerto del planeta, tuve que ir para entrar.
-¿Y vamos a dejar a los chicos solos?
Qué bueno era saber que no era la única que se había olvidado de algo importante.
Sonreí.
-Bien pensado, anda, te espero.
-Voy a volver rápido, no creo que tengas tiempo ni de extrañarme.

Subí a la nave pensando que quizás la idiotez era contagiosa, pero a la vez no me podía borrar la sonrisa del rostro.
Llegué en una media hora, me saludaron como era rutina. La nave estaba donde la había dejado pero habían entrado algunas personas de mantenimiento. Fui directo al puente de mando para verificar la información, como creía, ya habían vaciado la computadora de la nave y habían enviado todo al servidor de la orden. Nada que no pudiera solucionar pero iba a llevar más tiempo.
El contenido estaba encerrado y protegido por varios walls que se activaban solo si veían que “había algo ahí”. Agradezco que en la Orden no tienen mucha idea de estas cosas y ni se dieron cuenta de que estaban bajando más contenido del que “se veía”.
Iba a tardar tres horas en bajar el contenido a mi nave, así que aproveché para borrar huellas mientras tanto. Pedí acceso normal, podría haber forzado la entrada con Tecnosincronización pero eso iba a ser mucho más sospechoso, y además era normal que yo ingresara con mi código al servidor. Solo necesitaba mostrar que estaba revisando los datos del viaje mientras borraba lo demás sin dejar rastro.
Cuando encontré la información y empecé a bajarla escuché que alguien me saludaba.
-Caballero Hope ¿cómo está?
Era un jedi Zabrak, bastante joven, sabía que había sido nombrado caballero recientemente.
-Buenas tardes- le respondí.
-No se la ve muy seguido por el Enclave- se acercó.
En la pantalla solo mostraba que estaba rastreando información, así que no había ningún tipo de riesgo, pero me estaba poniendo nerviosa así que supongo que lo traté más fríamente de lo normal. Le hablé mientras seguía trabajando en lo mío.
-Estaba en misión, llegué ayer.
Sabía que el chico no tenía idea de máquinas o de computadoras. Pensé que todo eso era por culpa de Todrik, aunque no podía culparlo porque ahora me caía demasiado bien.
-Por aquí estuvo todo tranquilo parece...- comenté.
-Sí, todo estuvo bien...que la Fuerza te acompañe!
Se debe haber aburrido de que no lo haya mirado siquiera.
Traspasé toda la información, sin dejar huellas y por si acaso también la aislé en mi nave. Ahora solo tenía que trabajar en el talismán y traspasar la información y todo estaría a salvo.
Mientras estaba trabajando me informaron que el maestro Soslan llegaba en dos horas y media, lo que me daba tiempo para volver a casa. Cuando me estaba alejando los vi en el radar, no los saludé, ya iba a haber tiempo para eso en la reunión. Me alegraba que esta vez no tuviera que estar sola, ya estarían allí Liz y los demás para acompañarme.

¿A qué hora era la reunión? No me acordaba, revisé la información y vi que tenía un mensaje de la Orden avisando que la reunión se pasaba para las 24 hs. porque tenían cosas que discutir con el nuevo miembro del Consejo. Genial, iba a poder cenar tranquila.
Sabía que desde las 21 iban a estar discutiendo sobre política y realmente no era algo que me moría por ir a escuchar.
Bajé de la nave, Todrik estaba practicando, parecía feliz de poder usar de nuevo la Fuerza como antes.
Me besó y notó que yo quería descansar así que me dijo que iba a buscar algo a su nave.
Entré a la casa y me tiré en un sillón pensando “Eso estuvo demasiado cerca”.
Ariella estaba cocinando, me alegré de no tener que irme rápido como la otra vez. Alex estaba practicando en la otra habitación.
-Huele bien.
-Gracias. Sos el primer Jedi con el que hablo que no me quiere reclutar.
Me reí y ella también lo hizo.
-No me gusta forzar a la gente a nada.
Siguió trabajando en la comida, no sabía qué era pero olía muy bien. Me sorprendí mirando hacia la puerta ¿Dónde se había metido?
-¿No hay otra forma de hacer las cosas que no sean esas guerras que hacen ustedes y los sith?
-Supongo que sí, pero somos demasiado ciegos para ver opciones.
Yo no iba a ser la primera en intentarlo.
-Yo no quiero agarrar un arma nunca en mi vida, ni hacerle daño a nadie.
-Eso está muy bien, hay otros que lo harán... Yo perdí a toda mi familia en las guerras. Supongo que no soy el mejor exponente para intentar otras opciones.
Puso cara triste y me preguntó:
-¿Los querías mucho?
-Sí, los quería mucho.
-Yo quería mucho a mi familia hasta que me di cuenta de que se estaban aprovechando de mí.
-Eso debe haber sido muy duro... y triste.
-Cobraban carísimo los recitales, se gastaban la plata, me hacían trabajar aunque estuviera cansada...- se le cayó una lágrima.
Me acerqué a ella, y me dejó que la abrazara.
-Yo lo que quería era que todos me escuchen, no me interesa la plata- dijo y se puso a llorar.
-Tranquila, no hay que pensar en lo que ya paso, ahora tenés un guardaespaldas que te quiere mucho, y no le digas que te dije esto, pero creo que te quiere como si fueras su hija. Seguramente te va a proteger por siempre, tengas plata o no.
Ella sonrió y se secó las lágrimas.
-Perdón
-No pidas perdón, llorar hace bien, no es bueno reprimir las lágrimas.
Empecé a poner la mesa justo cuando Todrik entró por la puerta. Noté que iba a levantar los platos con telekinesis pero enseguida se controló y los fue a buscar.
Me reí.
-¿Viste? No es tan difícil- le dije.
-Igual, insisto, a la Fuerza no le importa. Pero bue…
-¿Cómo sabes?
-Cuando la Fuerza se lastima, se nota. Lado Oscuro se llama.
El Lado Oscuro no lastimaba a la Fuerza era otra forma de verla, pero no iba a ponerme a hablar de eso ahora y la verdad tampoco quería contarle a él mi paso por el Lado Oscuro.
-Interesante visión, mientras no termines creyendo que sos su amo supongo que está bien.
-Nadie es el amo de nada, son ficciones de la gente eso ¿para qué querría ser el amo de algo? es algo que nunca entendí.
-Hay gente que le gusta.
-Sí, bueno... qué sé yo... la verdad me parece bastante inmaduro “OOOHHHH SOY EL AMO DE LA GALAXIA” tarado.....
-Bueno me alegra saber que no te vas a convertir nunca en emperador- En ese momento me vi de nuevo por un segundo en la visión, al lado de la Estrella de la Muerte- Es un alivio para la galaxia- finalicé.
-Gracias
No estaba molesto por el comentario, pero me acerqué a él y lo abracé. Él me besó y nos quedamos así abrazados.
-Debería ir a la reunión de tu Orden- se rió- en algún momento.
-Supongo que no tenés mas opción... ¿será muy sospechoso que lleguemos juntos?
Aunque lo dije como si no me importara en lo más mínimo.
-Los Jedi son todos chusmas, bueno menos vos. Como vos quieras, es tu Orden, no la mía.
-Supongo que habrá que respetar las formas...
-A menos que tengas ganas de hacerte la rebelde.
-Solo por el pequeño detalle de que no informe que estabas acá.
Me besó de nuevo.
-No creo que tengan mucho margen para hacerse los exquisitos. Por cierto, ¿dijeron algo interesante anoche?
-Lo más interesante fue la traducción de la visión que tuve...
Y lo dije con un tono de que quizás no era lo más conveniente hablarlo en ese momento.
-¿Quien la hizo? ¿la sith?
-Sí, veo que estas informado.
-Sale en los diarios, quien es miembro del consejo Jedi, Caballero Hope. Son muy famosos ustedes. Mira.
Agarró su datapad y me mostró el diario, en la portada estaban Kalissa, Derlin y un hombre que supuse era Soslan debajo de un titular que decía que asumiría como miembro del Consejo.
-Ah, el Maestro Soslan, él fue el que me enseñó a usar el sable de luz. Que raro que haya aceptado, siempre fue un Jedi "del pueblo" digamos.
-No me digas “caballero Hope” no me gusta ¿Soslan fue el que te enseñó?
-Sip, hace como quince años.
-Quizás aceptó porque no le quedo otra opción
-Ya veo...
Se quedó pensando pero al rato ya se había olvidado.
-Estaba pensando que no cruzamos sables aun...
-¿Estás preparado para perder?
-No sería quien soy sino hubiera perdido nunca
-Bueno supongo que me tengo que ir... aunque primero voy a probar lo que cocinó Ariella.
Dije eso pero se notaba que tenía pocas ganas de soltarlo.
-Bueno, si querés vamos juntos y ya
Y se rió.
-No, mejor voy primero
-Bueno
Lo besé y lo solté, recién en ese momento él me soltó a mí. Estoy segura de que si hubiera querido irme antes no hubiera podido escaparme.
La comida que preparó Ariella estaba muy rica, me hubiera gustado quedarme un rato más allí, esa reunión me recordaba a las cenas familiares, en ese mismo comedor, muchos años atrás…
Fui a mi cuarto y me puse la túnica jedi, iba a llegar una hora antes si me iba en ese momento así que salí afuera hacia mi nave para partir.
Que alivio era saber que no iba a estar sola esta vez…

Cuando me dirigí a la nave pensé que no quería llegar temprano y la verdad era que seguía haciendo tiempo para estar con él. No me preocupé más, total a él no le importaba llegar tarde.
-Yo no voy con la nave hasta el Enclave, la dejo en el espacio-puerto de al lado y llego con la speederbike, así que si salimos al mismo tiempo va a estar bien, yo voy a llegar despues.
-Entonces si podemos entrenar un rato- sonreí.
Teníamos poco tiempo pero me alcanzaba para ganarle.
Encendí mi sable que brilló rojo en la oscuridad. Activé mi poder para saber sus movimientos antes de tiempo pero me sorprendió saber que él también lo manejaba. Genial, iba a ser más divertido. Su sable era verde, tenía un cristal Viridian.
Al poco tiempo de empezar me di cuenta de que su técnica era bastante superior a la mía pero yo lo superaba a él en el manejo de la Fuerza.
Aún así algunos golpes pasaron mis defensas. Decidimos dejarlo en un empate.
-Pense que iba a ser mas fácil- me reí- Ahora voy a tener que ir a bañarme, en fin, supongo que llegar quince minutos tarde no hará nada.
Él se rió.
-Te estoy contagiando.
-La verdad que sí, y eso no puede ser nada bueno...
-Depende el punto de vista
-No creí que pudieras usar sentir en combate, me sorprendiste.
-Me gusta sorprender.
-Igual podrías mejorarlo, aunque eso haría que puedas ganarme, no me conviene enseñarte.
-¿Cuál es el problema con que te gane? ¿orgullo Jedi? Seguro encontrarías un truco en algun momento. Nadie gana siempre.
-Supongo que algo de eso hay, igual voy a enseñarte.
-Gracias.

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