miércoles, 27 de abril de 2011

Hope Louise: El comienzo

Hope Louise

“Lado luminoso y lado oscuro de la fuerza… creo que no podría definir de qué lado estoy yo ahora, quizás no haya tanta diferencia después de todo… Yo voy a definir un nuevo lado de la fuerza, el lado gris, un lado que no es ni blanco ni negro, un lado que está al límite entre ambos cuyo objetivo principal es asesinar siths.”

****

-Hope, por favor tenés que dejar de escuchar las voces, no escuches las voces…

-Pero Clint, escuchame, tenés que confiar en mí…

-Confío en vos, en lo que no confío es en esas voces. Tenemos una misión importante, por favor. Será mejor que descanses.

-Está bien…

Él tenía razón, ¿qué eran esas nuevas voces que había escuchado? No era tan extraño, durante toda mi vida me había pasado que cuando tocaba algún objeto tenía retrocesos o avances en el tiempo a altísima velocidad. Veía imágenes de cuando incluso esta galaxia no existía… Con el tiempo había logrado dominarlo, pero a veces era una carga. Obviamente mi padre nunca supo de esto, y jamás lo sabría. Clint era el único al que le había contado, y a veces me arrepentía. Pero era lógico, él se preocupaba por mí.

Pero esto era diferente, había una niña llamada Faith con la que soñaba cada vez más a menudo. Era una niña que viajaba en una nave con algunos maestros jedi, pero lo más extraño de todo… éramos exactamente iguales ¿Quién era Faith? ¿Había existido o existiría? La Fuerza nos mostraba cosas demasiado extrañas a veces… pero para la Fuerza no existía el tiempo… Quizás Clint tenía razón, tenía que dejar de escuchar las “voces”.

Cuando me desperté Clint no estaba, miré a los lados, pero no lo vi. Supuse que había salido a ver qué era lo que estaba pasando afuera.

-Hope, ¿te sentís mejor?

-Nunca me sentí mal.

-Ya sabés a lo que me refiero…

-Estoy bien.

-Voy a ir hacia el objetivo. Quedate acá y esperame.

-¿Estás loco? Es obvio que voy a ir con vos.

-Pero es demasiado peligroso…

-No voy a dejar que vayas solo.

Eso estaba fuera de discusión, yo iba a ir con él.

Quizás no debí haberlo hecho, quizás si no lo hubiera acompañado, él aún seguiría vivo.

Fue un sith, aún recuerdo su rostro. Lo recuerdo claramente así como también recuerdo que Clint le entregó el holocrón. Jamás me había contado eso, jamás. ¿Qué sabía él de ese sith? Por qué, por qué había hecho algo así…

El sith estaba liberando alguna especie de sello, quería liberar alguna criatura que yo no sabía qué era. Maldito, me hiciste elegir, me hiciste debatirme entre mi seguimiento fiel a la Fuerza y mi amor hacia Clint.

“¡No me hagas elegir, no me hagas elegir!” grité en mi interior pero las palabras no salieron de mi boca, yo ya sabía cuál iba a ser mi decisión.

“Liberalo, o él se muere”

Maldito, lo supiste, lo viste en mis ojos, me hiciste decidir la muerte del amor de mi vida. Te odio, y sé que un odio como el que sentí lleva al lado oscuro, pero yo no voy a caer en él. Jamás. Jamás voy a ser como ustedes.

“Te amo” fueron sus últimas palabras.

Te vi morir y en ese momento también sentí mi propia muerte. Sí, toda mi ira estuvo dirigida a destruir a ese maldito, y así fue. Te destruí así como me destruiste a mí.

“Perdoname, no había otra opción”

Levanté el cuerpo de Clint y lo llevé afuera de ese impuro antro sith.


Clint

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